La vida del ser humano constituye un
proceso dividido en etapas, cada una con características, intereses,
motivaciones y metas diferentes.
En función de cada momento, el ser
humano aprende de su entorno, de la educación formal y de su conducta
particular, la forma como debe responder o afrontar las diferentes situaciones
que se le van presentando.
De esta manera considerando la
información que se tenga, la formación familiar, la cultura, el nivel
educativo, las herramientas psicológicas y emocionales y hasta la condición de
salud, se afrontan los diferentes conflictos a los que se ve sometido en
determinada etapa la persona y que implican la toma de decisiones, la
adaptación a cambios, el afrontamiento de situaciones adversas y conflictos
emocionales y de roles. Es en la interacción familiar
temprana y en el intercambio social y cultural posterior, donde se produce el
proceso de adquisición de nuestra manera habitual de pensar, sentir y actuar.
Así sentimos miedo en algunas situaciones, alegría en otras y aprendemos a
resolver problemas.
Las funciones cognitivas básicas, atención,
percepción, memoria, abstracción, entre otras, influyen directamente en el
aspecto conductual de la persona, ellas determinan la forma como esta procesa,
integra, representa, comprende y evoca
información y experiencias. Si existen alteraciones en su funcionamiento,
inevitablemente ocurrirán alteraciones a nivel de comportamiento. Para el
orientador de la conducta explorar durante la entrevista con el consultante
estos aspectos, marca la pauta para poder elaborar su plan de abordaje
cognitivo – conductual.
El enfoque cognitivo-conductual
considera que las personas nacemos con una herencia y un temperamento
específico, que permite la interacción con el entorno y la consecuente
adquisición de conductas. Investiga cómo aprendemos, es decir los principios
que explican el aprendizaje, tanto de comportamientos operativos como los no
operativos. El qué aprendemos, es algo que depende de la constitución genética
y, fundamentalmente, de las experiencias de vida propias de cada persona.
La conducta según este enfoque
abarca, acciones, pensamientos y emociones. Dentro de estos aprendizajes se
encuentran aquellos que nos ayudan a relacionarnos adecuadamente, a lograr
objetivos, mientras que otros, generan dolor, resentimiento y dañan las relaciones
interpersonales.
Al
llegar un consultante solicitando ayuda ante una situación que le genera
conflicto y considerando que realizamos como orientadores una labor preventiva,
lo primero que se debe realizar es una entrevista detallada que incluya
antecedentes clínicos, sociales, laborales, emocionales y familiares. El
orientador debe ahondar en la situación que está presentando, como la percibe
el consultante, que estrategias utiliza para solventarla, que nivel de ansiedad
le representa, que áreas de su vida se ven afectadas y cual es el conocimiento
que tiene acerca de las implicaciones de su situación.
Posteriormente
se elaborará un plan de orientación cognitivo conductual que debe ser explicado
al consultante, de manera, que asuma el compromiso y el rol protagónico del
proceso. Es importante que el consultante sepa cuales son los objetivos
planteados y tenga claro cuales son las conductas no operativas que se van a
trabajar.
El
orientador como parte del plan asigna tareas por sesión a la persona. Dichas
tareas invitan a la reflexión y al cambio gradual. El proceso de orientación
incluye acción y posterior reflexión, con la finalidad de lograr que el cambio
sea no solo conductual sino también cognitivo. El orientador hace uso de
técnicas que le sirven de herramientas para guiar el proceso. Posteriormente
aplica el enfoque pertinente según la situación a fin de lograr la
internalización del proceso en el consultante a través de la autoevaluación.
Finalmente el orientador realiza un proceso de seguimiento que permite
evaluar los logros y reforzar los cambios.
REFERENCIAS
Clínica PSINCO, Psicología e
intervenciones conductuales. “Que es la terapia cognitivo conductual”.
Disponible en:
Juan
J. Ruiz S y otros. Manual de psicoterapia cognitiva. Parte II: el proceso
terapéutico. Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario