jueves, 14 de agosto de 2014

PROCESOS DE ORIENTACIÓN COGNITIVO - CONDUCTUAL

           La vida del ser humano constituye un proceso dividido en etapas, cada una con características, intereses, motivaciones y metas diferentes.
           En función de cada momento, el ser humano aprende de su entorno, de la educación formal y de su conducta particular, la forma como debe responder o afrontar las diferentes situaciones que se le van presentando.
           De esta manera considerando la información que se tenga, la formación familiar, la cultura, el nivel educativo, las herramientas psicológicas y emocionales y hasta la condición de salud, se afrontan los diferentes conflictos a los que se ve sometido en determinada etapa la persona y que implican la toma de decisiones, la adaptación a cambios, el afrontamiento de situaciones adversas y conflictos emocionales y de roles. Es en la interacción familiar temprana y en el intercambio social y cultural posterior, donde se produce el proceso de adquisición de nuestra manera habitual de pensar, sentir y actuar. Así sentimos miedo en algunas situaciones, alegría en otras y aprendemos a resolver problemas.
          Las funciones cognitivas básicas, atención, percepción, memoria, abstracción, entre otras, influyen directamente en el aspecto conductual de la persona, ellas determinan la forma como esta procesa, integra, representa, comprende  y evoca información y experiencias. Si existen alteraciones en su funcionamiento, inevitablemente ocurrirán alteraciones a nivel de comportamiento. Para el orientador de la conducta explorar durante la entrevista con el consultante estos aspectos, marca la pauta para poder elaborar su plan de abordaje cognitivo – conductual.
          El enfoque cognitivo-conductual considera que las personas nacemos con una herencia y un temperamento específico, que permite la interacción con el entorno y la consecuente adquisición de conductas. Investiga cómo aprendemos, es decir los principios que explican el aprendizaje, tanto de comportamientos operativos como los no operativos. El qué aprendemos, es algo que depende de la constitución genética y, fundamentalmente, de las experiencias de vida propias de cada persona.
           La conducta según este enfoque abarca, acciones, pensamientos y emociones. Dentro de estos aprendizajes se encuentran aquellos que nos ayudan a relacionarnos adecuadamente, a lograr objetivos, mientras que otros, generan dolor, resentimiento y dañan las relaciones interpersonales.
          Al llegar un consultante solicitando ayuda ante una situación que le genera conflicto y considerando que realizamos como orientadores una labor preventiva, lo primero que se debe realizar es una entrevista detallada que incluya antecedentes clínicos, sociales, laborales, emocionales y familiares. El orientador debe ahondar en la situación que está presentando, como la percibe el consultante, que estrategias utiliza para solventarla, que nivel de ansiedad le representa, que áreas de su vida se ven afectadas y cual es el conocimiento que tiene acerca de las implicaciones de su situación.
          Posteriormente se elaborará un plan de orientación cognitivo conductual que debe ser explicado al consultante, de manera, que asuma el compromiso y el rol protagónico del proceso. Es importante que el consultante sepa cuales son los objetivos planteados y tenga claro cuales son las conductas no operativas que se van a trabajar.
          El orientador como parte del plan asigna tareas por sesión a la persona. Dichas tareas invitan a la reflexión y al cambio gradual. El proceso de orientación incluye acción y posterior reflexión, con la finalidad de lograr que el cambio sea no solo conductual sino también cognitivo. El orientador hace uso de técnicas que le sirven de herramientas para guiar el proceso. Posteriormente aplica el enfoque pertinente según la situación a fin de lograr la internalización del proceso en el consultante a través de la autoevaluación.
          Finalmente el orientador realiza un proceso de seguimiento que permite evaluar los logros y reforzar los cambios.


REFERENCIAS

Clínica PSINCO, Psicología e intervenciones conductuales. “Que es la terapia cognitivo conductual”. Disponible en:

Juan J. Ruiz S y otros. Manual de psicoterapia cognitiva. Parte II: el proceso terapéutico. Disponible en:



          

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